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SINGULARIDAD ECONÓMICA SIGLO XXI

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DECAMERÓN XXI

SINGULARIDAD ECONÓMICA

                                                                                                              “Y así como el final de la alegría suele ser el dolor,                                                                                               las miserias se terminan con el gozo que las sigue.”.

Decamerón, Giovanni Bocaccio (1353)

¿Cuánto crees que va a durar esta crisis?, me pregunto una amiga. Al pensar en que contestar, pretendiendo no bajar sus ánimos, recordé mi infancia. Los viajes que hacía en carretera con mi familia y las ansias que tenía por llegar. Desde casa empezaba a preguntarle a mi papá en cuanto llegaríamos. Su respuesta, invariablemente, era: “falta menos que cuando comenzamos”, cómo acto seguido sentía paz y podía dormirme hasta llegar. Mientras el manejaba, en muchas ocasiones viejas y estrechas carreteras. Me encantaría poder responder de la misma manera, que “para que esta crisis terminé, falta menos que cuando comenzamos”. Sin embargo, nadie sabe cuánto durará. Tampoco puedo decirle “no te preocupes, quien va manejando nos llevará con bien”, al no comprender las políticas públicas que los gobiernos han optado por decidir y el destino del gasto que han elegido hacer. Mi respuesta se centra a replicar lo que he escuchado en los distintos seminarios que tome la última semana: “prepárate y trata de ser resiliente en compañía de tu familia dentro del caos de noticias, incertidumbre, mentiras, malas decisiones y de un futuro incierto… Disfruta y busca crecer con tus seres queridos, ya que esa proximidad es lo más positivo que tendrás… Será cuestión de todos empujar este carro para poder atraer estabilidad…Una vez que entendamos y podamos subsistir en el nuevo mundo será mejor que el actual… Es difícil modelar el futuro con todos los factores que debaten en el juego, incluido el grado en que las personas realmente cumplen con las regulaciones…

Es la primera vez en la historia que se provoca una crisis económica para salir de una  crisis sanitaria A pesar que tenemos de nuestro lado una situación inflacionaria y políticas fiscales medianamente razonables, los efectos económicos y sociales serán más profundos que en la Gran Depresión, ejemplo de esto es que a la fecha la mitad de la población ya ha visto mermada alguna de sus fuentes de ingreso y las PYMES  tambalean por existir, a pesar de que generan la mayoría del empleo en el país. Derrotar esta crisis deberá ser un triatlón y no un sprint. La primer disciplina se centrará en el crecimiento (con recuperación posible en el segundo año), la segunda será la situación laboral (a partir del cuarto año), y el último a recuperarse será el PIB per cápita, el cual mayormente repercute en el ingreso de las personas.

Para entender el comportamiento respecto a la crisis, basta con centrarnos en la historia de las burbujas financieras que las han acompañado, en su mayoría codiciosamente sobrevalorando un activo: Siglo XVII tulipanes; Siglo XVIII Compañía de los Mares del Sur; Siglo XX Crack de Wall Street (1929), empresas puntocom (2002) y crisis hipotecaria (2008).  La actual, refleja el miedo de la población por contagiarse, sobrevalorando y convirtiendo en el oro molido de esta crisis los productos médicos de atención contra el COVID (en especial, el cubrebocas y el N95), al menos hasta que reviente el negocio.

Transitamos una economía de guerra, con una inversión mayor en el sector público que la inversión del sector privado. El gobierno pone énfasis en las personas vulnerables sobre las empresas como creadoras de empleos. A punto de vivir, el mayor desempleo de la historia. Entre el juego de la ley de oferta y demanda, produciendo menor cantidad de productos a un precio más elevado, y pausando el sector inmobiliario, entre otros.

A diferencia de la historia del primer confinamiento, en pleno siglo XIV y enfrentando la primera ola de peste bubónica, los custodios situaron en cuarentena a los enfermos y con quienes compartían sus hogares, con un letrero en sus puertas que decía (en mayúsculas) “SEÑOR TIENE MISERICORDIA SOBRE NOSOTROS” acompañado de una tacha roja, a la vez también se les suministraba de alimentos. Al pasar los 40 días, los guardianes pintaban sobre la cruz roja una blanca y ordenaban esterilizar las casas. Hoy en pleno siglo XXI, en donde ciencia y tecnología deberían de ser la estrategia de salida más importante, no tenemos una trazabilidad exacta de los enfermos y sus familiares, ejemplo de esto lo observamos en la situación presentada en el Hospital de las Américas de Ecatepec, en donde una familia irrumpe en busca de sus familiares enfermos, encontrando cadáveres. Dudoso también el número real de contagiados, en donde la capacidad instalada minuto a minuto se ve rebasada, al punto de que este fin de semana tuvieron a bien designar un segundo hospital temporal en las instalaciones del Autódromo Hermanos Rodríguez. La población, sobre todo la joven, no ha sido capaz de mostrar la empatía necesaria, insiste en realizar fiestas y practicar deportes en equipos. El gobierno solicita que nos quedemos en casa bajo medidas muy laxas, obstruyendo con parálisis el debate entreabrir o cerrar la economía.

Otras estrategias de salida que debemos incluir son empatía, visión de futuro, estado de alerta, receptividad, generosidad. En medio de esta crisis, estamos abriendo camino para un nuevo futuro. Por lo que se debe de premiar y castigar, a base de lealtad, a las empresas que se solidaricen con la ciudadanía, aprender de las empresas ganadoras, comprender los nuevos hábitos de compra y consumo, dar más importancia a la salud psicológica de la población.

Tal vez, y digo solamente tal vez, después de esto los hombres de negocios serán más conscientes de la sociedad. Decamerón es una obra literaria que refleja el transitar entre la Edad Media y el Renacimiento, esperemos que esta lúgubre época sea también un peregrinar hacia un despertar social y reinversión de la economía en una época de luz.

@GamboaSofia