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OLENTZERO, UNA TRADICIÓN NAVIDEÑA VASCA

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OLENTZERO — UNA TRADICIÓN NAVIDEÑA VASCA

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En casi todo el mundo, la Navidad está llena de historias y leyendas que la complementan para ser una época llena de magia y fantasía. Estos relatos se van adaptando dependiendo de las costumbres y tradiciones de cada sitio en específico. 

Así como en casi todo el mundo, el País Vasco cuenta con mitos únicos e increíbles. Uno de ellos forma parte de la época navideña y es una de las tradiciones más antiguas y que ha tenido más cambios a través del tiempo: La historia de Olentzero, el Santa Claus Vasco. 

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Como sabemos, el personaje más emblemático de la Navidad es comúnmente conocido como “Santa Claus”, quien vive en el Polo Norte acompañado por la Señora Claus y de todo un mundo de duendes que le ayudan a fabricar los juguetes que entregará a los niños en Nochebuena. Santa viste un traje rojo, botas negras, un gorro que combina con el resto de su atuendo, tiene el cabello blanco como la nieve y una barba larga y tupida del mismo color. Vuela por el cielo en un trineo jalado por 9 conocidos renos, más en el País Vasco, también llamado por su nombre en Euskera (lengua perteneciente a esta región), Euskal Herria, el personaje de Olentzero es quien se encarga de esa labor. 

Olentzero, que significa “tiempo de lo bueno” según la mitología vasca, es un carbonero originario de Lesaca, Navarra, quien, después de una larga jornada de trabajo sale a repartir los regalos a los niños el día de Navidad. Supuestamente vive en las montañas, ya que no es una persona muy sociable. Se le describe como un hombre inteligente. Físicamente viste ropa típica del País Vasco, una boina y fuma pipa; por su trabajo siempre está sucio y lleno de carbón, (que significa el cierre de un ciclo). Es un personaje mágico a quien “Amalur” (Madre tierra en euskera) le dio el poder de la inmortalidad.

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La historia cuenta que esta persona baja de la montaña para demostrar que se puede vivir de manera sencilla, en la naturaleza, rodeado de animales, comer y beber bien y así ser feliz. Su simbología ha variado conforme han pasado los años. Se tiene registro de que antes de que este personaje fuera nombrado como Olentzero, ya era mencionado por los padres cuando sus hijos se portaban mal. Esta figura era la que se encargaba de regañarlos, incluso se decía que se llevaba a los niños que se portaban mal y se los comía. Algo muy diferente a lo que se sabe ahora. 

Hoy en día a Olentzero se le conoce como un personaje bondadoso que en Navidad, al bajar a comer y a beber, aprovecha la ocasión para acercarse a los niños y regalarles algún juguete. 

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Los niños le escriben cartas al igual que a Santa Claus o a los Reyes Magos, también le dejan comida y algo de beber esperando que así les deje algo que han deseado tanto. Al igual que con los otros personajes, Olentzero se encarga de ver su comportamiento durante todo el año, tanto en casa como en la escuela. 

El 24 de diciembre, tanto en Euskadi como en Navarra, Olentzero desfila por las calles repartiendo regalos y dulces a los niños. En la actualidad, Olentzero no baja solo de la montaña, va acompañado de Mari Domingi, una campesina a quien conoció tiempo después.

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Mari Domingi también tiene el poder de la inmortalidad, por lo que es la compañera perfecta para Olentzero. Viste un traje típico vasco y un característico gorro en forma de caracol. Representa a la feminidad, la llegada del invierno y el nacimiento del año nuevo. Olentzero y Mari Domingi trabajan en el campo cultivando y cuidando la tierra. 

Al principio, se decía que ellos juntos repartían carbón en las casas de los pobres para ayudarles a pasar el invierno, pero ahora juntos reparten los juguetes y junto con las personas celebran esta hermosa fecha.

Por: Por: María Fernanda Trinidad Hernández / Enviada

Con informacion de Revista Personae
Recuperado de: https://revistapersonae.com/?p=19869