EL ORIGEN DEL DÍA DE LAS MADRES EN MÉXICO

Las celebraciones de las madres y la maternidad se remontan a los antiguos griegos y romanos, que celebraban festivales en honor a las diosas madres Rhea y Cibeles, pero el precedente moderno más claro para el Día de la Madre es el festival cristiano primitivo conocido como “Domingo de la Madre”. En Estados Unidos y Europa, se convirtió en un día festivo más laico, en el que los niños le regalaban flores y otras muestras de aprecio a sus madres.

En México, se celebró por primera vez en 1922 cuando Rafael Alducín, periodista poblano, emulando la tradición estadounidense, lanzó la convocatoria para institucionalizar el Día de las Madres publicada en las páginas del diario, que

Alducín dirigía, el 13 de abril de 1922 y como consecuencia, el 10 de mayo de ese mismo año se festejó por primera vez en México a las madres. En 1949 se termina la construcción del Monumento a la Madre en la Ciudad de México, donde hay una placa en la que se lee: “A la que nos amó antes de conocernos”. Hoy, paradójicamente, es punto de partida de muchas manifestaciones en tono a los derechos femeninos. El Día de la madre es una fecha para visibilizar a todas aquellas mujeres que con su esfuerzo han ido cambiando las tradiciones típicas de este rol para dar paso a otra realidad en la que la mujer tiene mucho más que decir. El día de las madres no es algo moderno ni producto de la mercadotecnia, ha servido para voltear a ver, en siglos y décadas pasadas como algo ideal y que ahora observamos en forma a esos seres capaces de trabajar dentro y fuera del hogar; tener tiempo para ellas y para los demás, además de llevar todas las responsabilidades sobre sus hombros sin mostrar jamás cansancio… La consigna de hoy y todos los días por venir es hacer que sus madres se sientan bien.

¿Sabías que? Se realizan más llamadas telefónicas en el Día de la Madre que en cualquier otro día festivo del año. Estas conversaciones con mamá a menudo hacen que el tráfico telefónico aumente hasta en un 37 por ciento.