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POLÍTICA ¿DE IZQUIERDA O DE DERECHA?

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  • La izquierda

Teniendo en mente el artículo de Soledad Loaeza que recién les envié, y analizando el primer párrafo de dicho artículo, no pude evitar preguntarme ¿de veras la izquierda es perfecta?¿es ciertamente la solución a todos los problemas que aquejan a los seres humanos más desvalidos?

Menciona Loaeza que siempre ha creído en las propuestas de la izquierda como el antiindividualismo, la expansión del Estado para generar equilibrios sociales; el que la izquierda ofrece una política de la razón, que rechaza el oscurantismo, que acabaría con la concentración del poder y el fatigado presidencialismo. Y después de este análisis, la autora concluye que la realidad la desmiente, ¡sobre todo por las acciones de AMLO que presume ser un presidente de izquierda pero que sus políticas dicen lo contrario!

Y, para dejar de hablar de Mr. López, pues resulta un ejercicio estéril, sí me gustaría analizar aunque sea de forma poco profunda tal vez, y aceptando que no conozco a fondo ni lo que denomina ” la ideología de izquierda ni de la derecha” Lo que sí me viene a la ente, es que hace tiempo leí que si un individuo de derecha quiere hacer algo por su país, es un dictador, si un individuo de izquierda quiere hacer algo por su país, es un revolucionario”!.

Lo que sí me doy cuenta por lo que he leído y escuchado en relación con los intentos de gobernar desde la izquierda, que ha sido un ejercicio fallido, que no sólo no ha mejorado las condiciones de vida de sus pueblos, sino que el experimento ha sido un desastre.

Me cuestiono si el individualismo es tan nefasto. Me cuestiono también si lo mejor es el control del Estado sobre la economía de un país, en lugar de contar también con la libre empresa o si lo mejor es que lo que predomine es el libre mercado y que sus leyes sean las que e impongan. Asimismo, quisiera saber si las instituciones estorban al Estado para cumplir con su objetivo de lograr una justa distribución de la riqueza, lo que debe llevar a una disminución de la pobreza.

Y al leer lo anterior, seguramente afirmarán: claro, ¡Miriam es totalmente de derecha! No soy de derecha ni de izquierda. No creo en las ideologías para gobernar y para obtener un verdadero bienestar a mis congéneres. De lo que sí estoy convencida es que el poder tampoco tiene ideología. No gobierna más justamente un individuo por presumir ser de izquierda o por ser de derecha. Peor aún, se habla de la ultraderecha como lo peor: ¿qué es eso? con qué se come? Son de ultraderecha los grandes capitales? Los Gates, los Slim? Ellos han hecho tanto daño a las personas como lo aseguran los socialistas? Castro hizo mucho bien a los cubanos? Y Trotsky? Chávez llevó a la gloria a los venezolanos? Perdónenme, pero ni tanto que queme el santo, ni tanto que ni lo alumbre!!!

Como yo lo percibo, no se trata de ideologías, ni se trata de falsas e hipócritas actitudes de rectitud, honestidad, solidaridad y autenticidad. Dejémonos de hacer tontos. De lo único que se trata es de tener el poder para manejar a su antojo a los ciudadanos y de paso enriquecerse para gozar de todos los privilegios, lujos y excesivo bienestar que, desde que yo me acuerde, ha acompañado al que se sienta en la silla del poder. Y si estoy equivocada, ¿por qué cada gobernante, en cuanto logra su objetivo de ser elegido, lo primero que hace es cambiar las leyes para poder permanecer en el poder de forma vitalicia? No nos vayamos muy lejos! Pasó hace algunos años en China; más recientemente en Turquía. Acaba de pasar en Bolivia. O bien, se da reelección tras reelección para seguir manejando los hilos de los destinos de la Humanidad. Así pasa con Putin, con la Merkel, con Netanyahu! Ni para dónde hacerse.

Cómo me gustaría que, sin alardear de seguir una ideología para el bien del pueblo, tanto los gobernantes como los empresarios, grandes, medianos y pequeños, se comprometieran, con seriedad, a lograr lo mínimo indispensable para una calidad de vida decente; alimento, techo, ropa, educación! No pierdo la esperanza de ver que esto suceda!

Por: Miriam Weissberg
Internacionalista