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REFINERÍA DOS BOCAS

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REFINERÍA DOS BOCAS

Por: Miriam Weissberg
Internacionalista
Acabo de leer el artículo del 4 de junio de Federico Reyes Heroles, "Oficialización
de la Ilegalidad".
Si bien el artículo trata sobre todos los argumentos disponibles en contra de la
construcción de la refinería de Dos Bocas, es una frase del Ejecutivo Federal, la
que influyó en el título del artículo. La frase es:
"Hay toda una constelación de aparatos burocráticos… que se esmeraban en no
dar ningún permiso y atoraban todo. Pues ya no queremos esa normalidad".
La instrucción es operar ya, aunque se viole la Ley. Es decir, si al ciudadano no le
parece la norma, simplemente que la ignore. Nuevamente, AMLO manda al diablo
la ley, cuando no se ajusta a su capricho.
Y ya que estamos hablando de la refinería de Dos Bocas, he leído muchísimas
opiniones tanto a favor como en contra.
A favor, por ejemplo, se afirma que va a desarrollar el Sureste, así lo llaman "un
acto de justicia para el sureste del país". Yo supongo que se refiere a la creación
de empleos (término que no le he escuchado en ningún momento a López
Obrador). Otros opinan en contra, aseverando que el costo se va a elevar a casi
un 100% más su costo y que será imposible que se construya en 3 años. Se
llenan páginas y páginas con declaraciones de expertos, de técnicos que todo lo
saben, pero no he encontrado en ninguna declaración que alguien afirme con
absoluta certeza, cuánto va a costar el litro de gasolina, una vez que la refinería
esté operando. Si han tenido la posibilidad de calcular, a priori, costos, tiempos,
esfuerzos, etc., seguramente ya debieron haber calculado cuánto le va a costar el
litro de gasolina al usuario mexicano.
Eso, para mí, es lo que importa. Si no hay la posibilidad contundente de que esta
refinería va a asegurar que el litro de gasolina va a ser más barato, pero con
mucho, que el que importamos, entonces, tanto gasto, tanto esfuerzo, va a ser un
esfuerzo inútil.
No es en balde, que, por ejemplo, Australia, hace tiempo ya, decidiera no construir
refinerías y seguir importado la gasolina de Singapur, porque le resultaba más
barato.
Una vez más, expreso mi tristeza e impotencia ante tanto derroche de recursos en
acciones y programas que benefician únicamente al mentado "voto duro" a favor
de López Obrador.