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LA MÚSICA COMO MEDIO DE SANACIÓN

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By David Espinoza
Los sonidos y silencios son la alquimia entre el alma y el universo mismo… El demiurgo
o arquitecto del universo, visualizó el fenómeno universal en su totalidad. El arte, la
música en este caso, es un acontecimiento evolutivo, al mismo tiempo un espejo
causal, intrínseco al aspecto conceptual dentro de la evolución humana. El hombre se
proyecta como una síntesis del mismo creador. Visualizado de formas múltiples, este,
regresa en espejo al universo, el verbo hecho materia.
Hay una matemática perfecta, una numerología espectral dentro de los átomos del
sonido. Cuando el hommo sapiens aparece en el sistema universal, se abre, se crea
algo espontáneo; una oportunidad única de manifestar el “concepto” dentro de la
física sonora eterna. La musica desde mi punto de vista se esclareció desde el
momento que las necesidades primarias, llevaron a desatar las manifestaciones
preciosistas. Las pinturas rupestres confirman esa capacidad del hombre antiguo y
presente: plasmar la presencia del universo dentro de nuestra abstracción.
La observación llevo a los nuevos humanos a descifrarnos ante la naturaleza y el
cosmos. El ritmo constante de la supervivencia, llevó, desde mi punto de vista, a
alcanzar niveles sensibles y de inteligencia a una humanidad apostada a prevalecer en
el tiempo Los días y las noches dieron a los hombres la oportunidad de empezar a atar
cabos en la matemática natural. La naturaleza se transfigura frente a nuestra especie
y le ofrece una ventana de múltiples realidades, de múltiples retos. Para nosotros no
fue fácil adaptarnos a lo que la madre naturaleza nos tenía preparado. Y es que para
entonces: el descubrimiento, fue (y siempre lo ha sido) producto de la observación.
Cabe destacar que simultáneamente el hombre soluciona el resguardo de la tormenta
que los pensamientos de cómo mejorar esa realidad primaria. El tiempo ha dado esa
gran respuesta. Encontramos que la naturaleza no sólo era caprichosa en su ciclo sino
que ofrecía la solución a esa perpetuidad que añorábamos alcanzar. Así de esa
manera, fue la misma naturaleza y sus misterios quienes nos proveyeron de las
herramientas que ahora conocemos como salud. Esta alquimia de múltiples
ingredientes tenía ya un destino predeterminado: el nacimiento del conocimiento
científico.
La música llegó para quedarse. Es la música la que desde los inicios, invitó a los dioses
a encontrase con su creación. La música se convirtió en la alabanza universal, el canto
al Dios creador y a sus delegados angelicales…¡es el Shofar (cuerno de carnero), el
generador del sonido cuántico, y derrumbar las murallas de la bíblica Jericó! Es la
música de los griegos, la que empieza por encontrar un lenguaje con los dioses
cosmogónicos! Es el chamán eterno, el que hace el toque de tambor a Tlaloc en su
pedir la lluvia de vida…es el sonido del gran detalle, el Perfecto sanador de la psique
de las soluciones eternas…el ritmo es la clave del orden melódico eterno.